La Primera...
Sobre la mesa fría, anima,
y su coloración ilusiona,
cóctel de un ser pujante,
pura, libre... y probable.
Las miradas se cruzan,
sus ojos, ávidos, le pueden,
le desnudan, nos descubren
y resentimos a la entereza.
Abordada la fresa golosa
con un mordaz empeño,
me prendo al ver su boca
feriar del blanco al rosa.
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