lunes, agosto 08, 2011

Duerme, papá

Duerme, papá
Dulce sueño...

Aunque apenas tenías tiempo intentabas hacer turnos con mamá, al menos por las noches, para que ella durmiera algo, sobre todo cuando éramos pequeñas... y más cuando llegó Piedad con sus problemas de alergia. Porque pese a las horas de trabajo ante todo eras esposo y compañero... y padre, un padre que disfrutaba de sus hijas...
Luego llegó el pequeño, Jorge Miguel, y al haber tanta diferencia de edad con respecto a nosotras, mamá contaba con Piedad y conmigo para dormirlo (para bañarlo no, esa actividad "se la tenía pedida" Ana y había que respetarla... como decía mamá "era como un juguete para nosotras" y así lo hemos demostrado muchas veces) y no hizo falta tanto tus brazos...
Pero tus abrazos, papá, tus cariños y tus nanas y cánticos -aunque ya sea mayor- ¡se echan tanto de menos, papá!...
Duerme, papá, dulce sueño... hoy sólo quiero recordar aquellos momentos únicos de felicidad, hermosos, momentos de amor... No quiero recordar el dolor y el duelo...
Hoy entono tus cánticos en tu recuerdo... ¡Duerme, papá!

2 comentarios:

  1. los buenos recuerdos siempre quedad, sobre todo cuando te dan todo.
    seguro ahora puede descansar.

    ResponderEliminar
  2. La carta abierta al amor de tu papá me produce una gran emoción y mucha ternura. A través de ella, la ausencia se hace dulce compañía en el corazón.

    Te envío un beso grande.

    ResponderEliminar

Curiosea y cuenta: