lunes, septiembre 28, 2009

Y no sabía que era amor

Tantas veces le renegaba,
tantas como de él me ocultaba.

Cien y más no le veía,
cien y más, ser ciega quería.

Mil y una dije no al amor,
mil y una como me las dije yo,
porque del amor no quería
ni sentir, ni saber yo.

Tantas veces le rebatía,
tantas como tú me encendías.

Cien y más lo negué,
cien y más, sin saber el porqué.

Mil y una me iba,
mil y una de nuevo volvía,
porque sin tus vivezas no veía
más luz, ni más vida.

¡Tantas, tantas, tantas sin saber!,
que entre el amor y la razón,
que por ti, y hacia mí,
¡esta locura me iba a envolver!.

¡Tantas, tantas, no me entendía!,
que sin entenderme yo misma,
te confundí, les confundía,
¡y de esa confusión no hallo salida!

¡Tantas, te dije no a cualquier cuestión!,
dándote la espalda, ¡dulce amor!,
que tú la desesperada elegiste,
¡y tarde ya supe que era amor!.

...

Mil y una sola;
mil y una estrecho a mi sombra
porque sin tu abrazo no siento
ni calor ni abrigo, ¡más te espero!.

4 comentarios:

  1. Qué belleza de poesía... tiene tanto que ver con algo vivido!. Me gusta leerte, me gusta lo que decís, me gusta lo que se siente a través de tus palabras.

    Un abrazote y seguí curioseando, dicen que es la mejor manera de aprender... Nos estamos leyendo.

    ResponderEliminar
  2. Mi niña Curiosa...

    El amor y las matemáticas, no reniegan, son ciencias que llevadas a su cenit se transforman en arte.

    Uniendo el amor hacia mi mujer y las matemáticas es que escribí, sin prosa, sin rima, sin métrica, solo palabras y números del alma:




    Isabel



    Treinta razones para amarte.
    Veintinueve son para desearte.
    Veintiocho formas de besarte.
    Veintisiete excusas para extrañarte.
    Veintiséis locuras para hacer juntos.
    Veinticinco modos de tocarte.
    Veinticuatro motivos para escucharte.
    Veintitrés anhelos compartidos.
    Veintidós placeres disfrutaremos.
    Veintiuna palabras que susurrarte.
    Veinte maneras de excitarte.
    Diecinueve cosas por las que te valoro.
    Dieciocho proyectos que nos unen.
    Diecisiete causas para convivir.
    Dieciséis intenciones de felicidad mutua.
    Quince cuestiones para reírnos.
    Catorce estilos de contemplarte.
    Trece certezas de que eres especial.
    Doce sensaciones para experimentar.
    Once referencias para saber quien eres.
    Diez consideraciones para respetarte.
    Nueve sentimientos nobles para darte.
    Ocho veces al menos te beso por día.
    Siete personas de quien defenderte.
    Seis fundamentos para pertenecerte.
    Cinco actitudes que te caracterizan.
    Cuatro mimos te debería hacer por hora.
    Tres, tú, yo y Pibe solos contra todos.
    Dos nacidos para adorarnos uno al otro.
    Una razón para perderte... la muerte.
    Ninguna posibilidad de olvidarte.



    by CarlosHugoBecerra ©





    Niña Curiosa, aquí te dejo mi obra, no para exponerla, no para que se juzgue, no para usar tu ciberhogar... solo para que leas mi alma.

    Un cariño.
    Carlos Hugo Becerra

    ResponderEliminar
  3. Alguna vez dejaremos de esperar....?

    ResponderEliminar
  4. Mai: es vivido, lo vivo y lo siento. Gracias por tus palabras, viniendo de ti son un halago y sí, ¡soy una irremediable, y hasta algo masoquista por serlo, curiosa!. Pero tienes razón: el niño curioseando aprende, ¡seamos curiosos y aprendamos como ellos!... siempre. Un beso, te sigo leyendo.

    Carlos Hugo: ¿cómo puedes considerar que el regalo que nos haces puede producir equívocos al ofrecerla en este tu blog, también?. No soy sino una aprendiz de poeta. No sé de rima, de métrica; o sería más correcto decir que las olvidé y que escribo según en ese momento las palabras se vierten. Tu visita y tus regalos son siempre bienvenidos. Cariño, hermosa palabra, para ti también.

    Querida Amiga y Reina: ¿por qué cejar lo que no se puede controlar?. Difícil cuestión la que planteas, ¿podemos ser libres para decidir, para sentir... para dar, entregar o esperar?. Un beso muy querido.

    ResponderEliminar

Curiosea y cuenta: