
cómplice y refugio.
Hoy mantenida,
vendida, dada
a otros amantes.
Segué los dibujos y oculté los versos.
Quebrada la idea, anulada y simple,
censuré los documentos,
arrojé verbos enemigos
y volqué la papelera.
Exterminé al poeta,
se suicidó el poema.
Quemé el último cartucho.
Pude elegir, ya no es posible.
Pintura: "Mujer sin cabeza" (Aldo Vercellino)
Las pinturas son fabulosas y el poema desgarrador amiga Curiosa. Pero hermoso. Te mando un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Juan Francisco. Desgarrador es un adjetivo claramente definitorio.
ResponderEliminarRecibo tu grato abrazo y te devuelvo otro, amigo.